Los objetivos a perseguir son el desarrollo de las aves de acuerdo a los estándares raciales de la estirpe, una buena inmunidad para protegerlas durante su crecimiento y el logro de las condiciones higiénico-sanitarias.
La llegada de las aves a nuestro criadero tiene lugar con tan sólo un día de vida. Una vez realizada la recepción de las pollitas, somos los responsables de su alimentación, cuidados y controles a tener en cuenta en su desarrollo. Las tareas más importantes llevadas a cabo en la nave de recría son:
- Manejo de la iluminación para crear una atmósfera agradable. Se utilizan lámparas con luz cálida.
- Control de la temperatura. Se necesita que el entorno se encuentre a una temperatura constante de 36ºC. Para ello, el sistema de calefacción utilizado está compuesto por una bomba de calor alimentada con diésel y una matriz de estufas alimentadas con propano.
- Inspección. Con frecuencia se supervisan tanto la calidad de los piensos utilizados para su alimentación como la calidad del agua bombeada, así como el suministro para asegurar un correcto funcionamiento.
- Vacunación. A lo largo de su etapa de crecimiento, se le administran las distintas vacunas de acuerdo a la regulación vigente y siempre prescritas por un técnico veterinario responsable.
Esta instalación es ocupada dos veces al año. Aproximadamente cada seis meses, llegan a la nave unas veinte mil pollitas nuevas que crecerán y sustituirán a las gallinas de mayor edad.
